miércoles, 16 de abril de 2008

Mi papá tiene novio

Por BRUNO BIMBI (sin censura) | Historias de hijos e hijas de lesbianas y gays.

Cuando la mamá de Juan falleció, luego de una larga enfermedad, su padre la pasó muy mal. Según Juan, el viejo estaba muy enamorado. "Yo tenía diez años y recuerdo verlo a mi viejo llorando todo el tiempo. Estaba demacrado, pobre; fue un golpe muy fuerte", recuerda. Tiempo después, Carlos comenzó a salir con otra mujer, pero las cosas no funcionaron. Juan prefiere no hablar mucho sobre ella, y da a entender que no le caía bien.
"Hace unos diez años, un día, íbamos en el auto con Guadalupe, mi ex mujer, mi hermana más grande y mi viejo, y él nos dijo que había conocido a alguien. Nos contó que era una persona en la que había encontrado cualidades parecidas a las que le gustaban de mamá", recuerda.
"Al final dijo que esa persona era Ernesto. Así me enteré que mi papá era gay", cuenta Juan, que ahora tiene 25 años y acaba de recibirse de martillero público.
La salida del armario de los hijos es un lugar común de las conversaciones sobre homosexualidad. ¿Quién no ha oído hablar del adolescente que reúne a sus padres para contarles que es gay? Hay hasta libros de autoayuda y sitios de internet que aconsejan "cómo contárselo a tus padres". Pero a veces pasa al revés, y son los padres los que deben contarle a sus hijos. No hay un manual de instrucciones para hacer lo que Carlos se animó al fin a hacer esa tarde, arriba de su BMW 520 Injection, como recuerda Juan. "Modelo 82, muy lindo".

—¿Te sorprendió?
—Al principio, sí. No me había imaginado jamás. Recuerdo que mi viejo tenía amigos gays, del teatro, algunos que estaban en pareja y venían a comer asado a casa. Yo nunca tuve un amigo gay, pero conocí gente en un boliche al que iba a bailar, Amérika.
—¿Lo hablaste con alguien en ese momento?
—Al principio no, también para preservar su intimidad. Mi ex mujer no lo podía creer.
—¿Y cambió algo desde entonces?
—Sí, cambió mi viejo. Estaba muy mal desde que murió mamá. Desde que está con Ernesto, mejoró mucho anímicamente, empezó a estar mejor, más contento. En cuanto a la familia, no cambió nada. Todos lo aceptaron, aunque nunca se habló del tema abiertamente. Él viene a las reuniones familiares con su pareja y todos lo saben, se cae de maduro. Mis hermanos lo aceptaron, pero prefieren no hablar del tema. Yo fui el que mejor lo tomó y no me molesta hablar... Además, Ernesto es un tipazo, una excelente persona.
—¿Creés que la sociedad cambió en los últimos años su manera de ver las relaciones homosexuales?
—Hay un cambio, pero me parece que todavía es muy chico. Sigue habiendo personas que hablan mal de los gays, que dicen "esos putos". Se acepta mucho más que hace diez o quince años atrás, pero no sé si una pareja homosexual puede besarse en un bar sin que los miren raro. Esta sociedad es muy machista.
—¿Y vos cambiaste tu forma de pensar al saber que tu viejo era gay?
—Creo que no, porque no fue necesario. Tanto mi viejo como mi vieja me dieron una educación muy liberal. Para él fue una buena inversión...