martes, 29 de abril de 2008

RELATO SIN COMPLEJOS

Me encontraba solo y como estaba algo aburrido, me dirigí a un local a tomar una copa, pedí un Ron de caldas con hielo, en ningún momento había pensado lo que me esperaba en ese local.

Nada más entrar y pedir una copa me sentí observado, había una pareja sentada frente de mí y noté que mientras charlaban lo hacían refiriéndose a mí. Era una pareja joven, de unos 30 años; ella bastante atractiva, con una blusa bastante escotada, bajo la cual se movía un pecho voluminoso y por lo que parecía muy suelto, o lo que es lo mismo no llevaba sujetador; él un chico normal, pelo largo delgado y con buena planta.

Nuestras miradas se cruzaban, y la chica se acercaba a él de modo insinuante, rozándole con su pecho, intentado ponerme cachondo, pensé, y, la verdad es que lo estaba consiguiendo. Tras un rato de insinuaciones, caricias con él y algún pequeño morreo, siempre con los ojos puestos en mí y haciéndome algún que otro guiño, podía ver desde donde estaba cómo movía su mano sobre el paquete de él, como si le estuviese acariciando la polla mientras, me miraba con intensidad y pasaba la punta de la lengua por sus labios, el chico se levantó arreglándose el paquete como mejor pudo, se notaba que estaba empalmado, se dirigió al servicio. Sin pasar dos minutos la chica me hizo señas que me acercara a su mesa. Un poco intrigado decidí acercarme. Hola, ¿te apetecería tomar una copa con nosotros?. Ante este saludo. Contesté pues sí, ¿por qué no? Siéntate, me senté a su derecha, pues a su izquierda estaba el asiento de su compañero. Desde que entraste nos fijamos en ti y nos gustaría poder pasar tomar una copa y pasar ardiente velada contigo, si no tienes inconveniente, claro. Me dijo.
La verdad es que eres muy atractiva, pero estás acompañada, y no me gusta interferir en medio de una pareja así por las buenas. No quisiera tener problemas con tu acompañante. No te preocupes por él, estará encantado de que participes con nosotros, creo que le has gustado tanto o más que a mí. Para que lo tengas más claro, somos una pareja que nos gusta practicar el sexo a tres en todas sus variantes, mi compañero es bisex y le gustan tanto las chicas como los chicos, lo pasaríamos muy bien. Su mano ya se deslizaba sobre mi muslo o comenzó a acariciarlo, sus caricias se hicieron cada vez más intensas e iba subiendo hacia la entrepierna. Se me estaba poniendo la polla morcillona, y terminó de ponerse dura cuando ni corta ni perezosa comenzó a acariciarme los huevos y la polla sobre del pantalón. Solemos disfrutar mucho con los tríos, verás como al final te va a encantar. Me está encantando ya, pensé para mí. Quitó la mano de mi polla y tomando la copa me pidió un brindis, tocamos las copas y tras beber un trago, me dijo: Si estás decidido, ¡acompáñame!. Se levantó y yo me fui tras ella, pues me había puesto la polla lo suficiente dura como para que solo pensase en follármela. Movía el culo de forma que parecía estar pidiendo guerra, sabía moverse la muy condenada, tenía unas nalgas rotundas que se le marcaban bajo la fina tela del traje, que transparentaba la sombra del tanga negro que llevaba puesto. Si estaba cachondo, el verla caminar ante mí, ofreciéndome su esplendoroso cuerpo, terminó con las pocas dudas que albergaba sobre si acompañarla o no, se dirigió al guardarropa y yo detrás como un autómata pues no podía apartar la vista de sus nalgas, qué bien movía, la condenada, aquel culo rotundo y hermoso que tenía, aquella visión se bastaba para despertar a un muerto, era digno de ver cómo lo movía, insinuando y provocando. Pues, no sólo yo, que iba tras de ella, tenía la vista fija en cómo se movía, por donde pasaba, todos se la comían con la vista, al final me sentía orgulloso de ir tras una hembra de ese calibre que me estaba pidiendo la acompañase para follar como locos.
Retiramos los abrigos del guardarropa y salimos a la calle, se dirigió a un coche que estaba frente a la puerta y abriendo la puerta trasera, me invitó a subir, entre tras ella y nada más arrancar al coche comenzó a acariciarme la polla sobre del pantalón, mientras me ofrecía su boca para que la besase. La besé y acaricié sus pechos, mientras ella pugnaba con el cierre del pantalón para abrirlo y liberar mi polla, la sacó fuera del pantalón y tras acariciarla con sus manos, me dijo que quería chupármela, me acomodé en el asiento de forma que me la pudiese chupar sin ningún impedimento. Comenzó por pasarle la lengua, desde el prepucio a la base, la lengüeteaba como si fuera un helado, luego comenzó a chupar el capullo. Qué bien lo hacía la condenada, terminó metiéndosela toda en la boca, comenzando a chuparla como un pirulí, desde la base a la punta, cuando llegaba a la punta la exprimía y la sorbía, como si fuese un sorbete, luego se la tragaba toda de nuevo. Estaba a punto de explotar, cuando noté que el coche se paraba, habíamos entrado en un garaje y ni siquiera me había dado cuenta. Se abrió la puerta y su acompañante me invitó a bajar, intente guardarme la polla pero ella no me dejó, no te preocupes aquí no hay nadie, sólo nosotros. Me bajé un poco cortado, pues bajarme de un coche con la polla fuera y goteando a punto de correrme, es algo que no me había pasado nunca, ella se bajó tras de mí y comenzó a besarme en la boca, mientras me acariciaba la polla, su amigo se agachó a mi lado y cogiéndome la polla comenzó a chupármela, cómo chupaba el chaval, parecía que tenía una succionadora por boca, creo que me estaba sacando hasta la médula espinal. Si sigue chupando me voy a correr, le dije a la chica.
Déjalo descansar un poco, que no se corra todavía. Vamos arriba. Me guardé la polla dentro del pantalón como mejor pude y les seguí hasta el ascensor. Nada más entrar en su apartamento comenzaron a desnudarme mientras me iban acariciando y besando por todo el cuerpo. Mientras ella me morreaba en la boca él me chupaba los pezones, me acariciaba la polla, los huevos, las nalgas, luego acercó su boca a la nuestra y comenzamos a besarnos los tres, mientras se iba quitando la camisa el chico se arrodilló ante mí y comenzó a chuparme la polla, ella se desnudaba sin dejar de besarme y chuparme la boca, la lengua, se bajó a mi polla y se la disputaban los dos, ahora chupa uno, ahora la otra. No puedo más, me voy a correr, les dije. Aguanta un poco. Dijo ella, mientras me soltaban la polla, me quedé con la polla dando saltos y goteando, mientras se levantaron y comenzaron un ritual de besos en el pecho, la boca, la cara, la espalda, las nalgas, creo que me besaron y chuparon todo el cuerpo, pero procurando no tocar mi polla, evitando que me corriese. Así nos darás más leche luego. En esto ya habían terminado de desnudarse, mientras ella frotaba sus pechos en mi espalda y acariciaba mis nalgas él me chupaba las tetillas, me pasaba la lengua por los muslos, por todos lados menos por la polla, no querían dejarme correr. Nunca me había pasada nada parecido, pues estaba deseando correrme, si que con el más leve roce de unos labios o de una mano, me hubiese corrido, pero lo evitaban por todos los medios. Ella fue bajando con el masaje de sus tetas a mi espalda mientras me chupaba y me pasaba la lengua, cuando llegó a mis nalgas, comenzó a acariciármelas y abrírmelas mientras metía la lengua buscando chuparme el ojete.
Era una sensación indescriptible, me chupaban y acariciaban por todos lados, incluidos los huevos, pero la polla no la tocaban para nada. Terminaron rotando sus posiciones ahora ella estaba delante de mí chupando mi boca, las tetillas, mientras él se frotaba contra mi espalda, noté como ponía su polla en medio de mis muslos y con la misma me golpeaba los huevos a la vez que acariciaba mi ojete, me abría las nalgas para que la sintiese en toda su extensión, tenía una buena polla y la sabía usar, se notaba que tenían bastante experiencia en este tipo de relaciones, ya me tenía culeando, deseando sentir ese trozo de carne caliente y dura dentro de mí, pero la falta de lubricación impedía que entrase, no sé cuánto tiempo me estuvieron gozando de esta manera; hasta que ella dijo: Vamos a la cama. Entramos al dormitorio era muy amplio con varios butacones y una cama gigante en medio, allí cabía mucha gente, era un dormitorio preparado para las orgías, para disfrutar de los mejores placeres del sexo. La chica se tendió en la cama con las piernas abiertas y nos dijo: ahora me toca a mí, hacedme disfrutar.
Nos abalanzamos sobre ella y comenzamos a chuparla por todos lados, los pechos, los muslos, el sexo, la boca, nos íbamos rotando, pasando de una zona del cuerpo a la otra, a veces coincidíamos en la boca los tres juntos chupándonos e intercambiando saliva. Me tendieron boca arriba y la chica se sentó sobre mi cara, comencé a chuparle el coño, mientras le metía los dedos y le acariciaba las nalgas y el ojete. El chico se puso tras ella y se la metió en el coño, ver su polla entrando y saliendo del coño que me estaba comiendo, me ponía más a gusto si cabe, yo ya chupaba de todo, el clítoris de ella, los huevos de él, al ver que no me retraía sacó la polla del coño de la chica y me la metió en la boca, chupé su polla, mientras la acariciaba a ella, luego se la volvía a meter, la sacaba y la metía en mi boca, así estuvimos un rato, hasta que ella comenzó a moverse más fuerte, notaba sus contracciones y cómo se apretaba contra mi boca, me restregaba su coño en mi cara, mientras le pedía a su compañero que le diese más fuerte, terminó corriéndose en mi boca, con unos jadeos y unas contracciones que demostraban que estaba disfrutando de una corrida bestial, me llenó la boca y la cara con sus jugos, mientras él seguía dándole cada vez más fuerte, no tardó mucho en correrse, podía notar cómo le metía la polla hasta el fondo del coño, cada vez que le echaba un chorro de leche, las contracciones de sus huevos y con qué potencia le llenaba el coño de leche.
Tras la corrida mutua, se dedicaron a hacerme disfrutar, comenzaron a chuparme la polla a dúo, mientras me acariciaban los muslos, me llenaron de saliva la polla, saliva que sentía bajar por mis huevos y llegar hasta el ano, donde unos dedos, se dedicaban a meter dentro, cada vez era más la saliva y más los dedos, me estaban dando un gusto enorme, no sé si por la chupada que estaban dando a mi polla, por la saliva que resbalaba por mis huevos o por los dedos que me habían metido abriendo mi culo, ya era demasiado y no pude aguantar más, me corrí a borbotones, me salían los chorros de leche desde el fondo de mi alma, tenían razón cuando me dijeron anteriormente que así les daría más leche, creo que nunca había disparado tanta leche en un misma corrida. Salían los chorros uno tras otro y no paraba, se peleaban entre ellos para saborearla, se la comían toda, pasándosela de uno a otro con su lengua y lamiéndose la cara mutuamente, pues parte de ella había ido a sus caras.
Qué fenomenal corrida, realmente valió la pena esperar, disfruté con la corrida como nunca lo había hecho, sentía que la leche me salía de la espina dorsal. Tras dejarme seco por completo la chica me llevó a otra habitación, en el centro de ella había una bañera gigante, llena de agua burbujeante, nos metimos en ella y al momento nos estábamos morreando y acariciando, yo chupaba sus pechos, sus labios, su cuello, mientras le acariciaba el clítoris y metía los dedos en su coño, mientas ella me acariciaba la polla, los huevos, dábamos vueltas en el agua abrazados, besando nuestras bocas y acariciándonos.
En esto llegó su compañero y puso su polla entre nuestras bocas, comenzamos a chupársela a dúo, mientas él me acariciaba el culo, abría mis nalgas y me masajeaba el ojete. La chica se sentó en el borde de la bañera y me atrajo hacía ella besándome y pidiéndome que le chupara los pechos y el coño, se tendió hacía atrás dejando su coño abierto ante mi boca, que no me pude resistir a chupar. Su compañero se había dedicado a comerme el culo y lo hacía maravillosamente bien, me abría las nalgas con las manos, mientras metía la lengua y lo ensalivaba estuvo así un rato hasta que comenzó a meter sus dedos en mi culo, primero uno, luego otro, yo seguía comiendo el coño y los pechos a la chica y me decidí a tenderme sobre ella y meter mi polla en su coñito abierto, nada más clavársela levantó los pies y cruzó sobre de mi espalda, en esta postura mi polla entraba hasta el fondo de su coño, pero también me dejaba prisionero a lo que quisiera hacer su compañero con mi culo.
No tardé mucho en sentir que los dedos eran sustituidos por algo más gordo, era su polla que pugnaba por abrirme el ojete y penetrar en mi interior. Al principio, costó un poco e intenté apartarle, pero ella me sujetó mientras susurraba a mi oído: aguanta un poco, que te va a gustar mucho. Sentí un poco de dolor cuando comenzó a entrar, luego comenzó un vaivén lento, un mete y saca súper lento y acompasado que me empujaba a meter mi polla cada vez más hondo en el coño de ella, que no paraba de besarme y decirme cosas al oído: te gusta, siento tu polla en el fondo de mi, notas cómo te abre el culo...
A estás alturas ya lo que sentía era un placer enorme, tan enorme como la polla que tenía en mi interior, que me taladraba ahora con más intensidad y fuerza, cada vez empujaba con más ganas, lo que hacía que yo le pegase unos embates bastante fuertes a ella, que suspiraba, mientras me apretaba contra de ella y como mejor podía frotaba su coño contra mi pubis. No tardé mucho en notar las contracciones de ella, mientras me chupaba y mordía los labios: me estoy corriendo, qué gusto, qué locura, qué placer... mientras yo seguía dándole que te pego y su compañero no paraba de follar mi culo, cada vez lo sentía más adentro, era tanto el placer que me corrí yo también entre suspiros y contracciones, mientras notaba cómo mi culo se abría cada vez más para recibir tan tremenda polla y tanto gusto como me estaba dando. Sin terminar de correrme noté como el chico comenzó un mete y saca más fuerte y sentí como los chorros de semen invadían mi interior, fueron tres o cuatro chorros seguidos, acompañados cada uno de ellos de un empujón que me hacía sentir su polla en toda su intensidad, grandeza y grosor, tenía una buena polla, el condenado, y la sabía usar de forma maravillosa.
Nos desasimos del abrazo y terminamos revolcándonos en el agua los tres, nos enjabonamos mutuamente y en el momento en que consiguieron que se me pusiera la polla dura nuevamente el chico se tendió en el lugar que antes ocupo ella y poniendo los pies en alto me pidió que le follase. Era algo que estaba deseando, una pequeña, pero gratificante venganza después de la sabrosa, aunque en sus comienzos algo dolorosa follada que me había dado hacía poco rato. Sin pensarlo mucho, puse la polla en su ojete que estaba lubricado con el jabón que se había puesto y de un golpe le metí más de la mitad de la polla. Se contrajo un poco por el dolor que le produje, pero luego tiró de mí y cogiéndome por las nalgas, me pidió que se la metiese hasta el fondo, que lo follase con fuerza, con ganas: Dame duro, quiero sentir tu polla en toda su intensidad, fóllame..., mientras la chica se dedicaba a acariciarnos y besarnos a los dos, chupaba su polla, sus pezones, lo besaba en la boca, volvía a sus pezones, su polla, mis pezones, mi boca, así estuvo hasta que el chico le pidió que se subiera sobre de su polla y se la metiese. Se sentó sobre de su polla y se la metió en el coñito, luego se tendió sobre él dejando su culo abierto ante mis ojos, era una invitación irresistible y tras acariciarlo con un dedo y un poco de saliva saqué mi polla de dentro de él y me fui a por ella.
Puse la polla en su ojete y comencé a empujar, costó un poco para que entrará, pues al tener la de él dentro, se hacía más difícil abrirla, cuando entró la cabeza de la polla, dio un gemido que estuvo a punto de hacerme desistir, pero las palabras de su compañero, me obligaron a seguir adelante: dale con ganas, rómpele el culo, le encanta sentirse llena. Y la voz de ella: sigue, hasta dentro, no pares,..., comencé a moverme dentro de ella, primero suave y lentamente, luego con más intensidad, mientras ella se contorsionaba, para sentir las dos pollas a la vez, no tardó mucho rato en ponerse a gemir y contorsionarse como una loca, se estaba corriendo de una forma endemoniada, parecía que le estaba dando un ataque, pero un ataque de placer.
Se corrió ella y nosotros casi a la vez, pues al verla corriéndose de esa manera, tan fuerte y tan violenta, me llevó a correrme sin más dilación, podía sentir cómo me exprimía la polla con su culo, cómo lo cerraba y lo contraía alrededor de mi polla. Desfallecidos nos quedamos dentro del agua unos diez o quince minutos, luego el chico trajo unas bebidas, conectó el jakuzi, nos relajamos un rato y tras una buena ducha me dirigí a buscar mi ropa, la chica salió conmigo y tras ayudarme a buscar la ropa y vestirme me besó en la boca mientras me despedía me dijo: lo hemos pasado fantásticamente contigo igual puede haber otra ocasión. Se puso una bata y me acompañó hasta el garaje, se quedó en el ascensor y me dijo que cogiese el taxi que estaba esperando. Subí al taxi y le di la dirección del hotel sin molestarme en mirar o preguntar dónde estaba, pues, la discreción es lo primero en estos casos y el tener el taxi esperando era síntoma de que lo habían llamado precisamente para que no tuviese que estar buscando uno o deambulando por las calles adyacentes en su busca.
Y así despertó en la mesa del local, con la cabeza apoyada en el hielo desprendido del vaso de ron que pidió.........